Católico y franciscano
Nuestros Centros son católicos y con la espiritualidad franciscana desde el carisma de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada. Nuestra opción educativa tiene como modelo a María en su sencillez, fidelidad, disponibilidad, acogida y gratuidad. Se ofrece como alternativa a los hombres de hoy a quienes presentan la Buena Nueva de Jesús, desde una óptica peculiar: la franciscana.
La educación que ofrecemos es un servicio de evangelización y de compromiso con los hombres:
- En un ámbito de libertad y amor que favorezca un clima de fraternidad, alegría, gratitud, amor a la naturaleza, acogida, austeridad, gratuidad, disponibilidad, servicio y sencillez.
- Con una comunidad educativa, en dinámica evangelizadora, que proclama la necesaria relación entre la fe y la vida, manifestada en el trabajo por la paz y el bien, la misericordia y la fraternidad.
Tipo de persona que queremos educar
- Hombres y mujeres comprometidos solidariamente en la construcción de un mundo en paz.
- Hombres y mujeres capaces de ser liberadores de su medio, participando de forma crítica, creadora y solidaria en el trabajo por un mundo justo, que sea lugar de vida para todos.
- Hombres y mujeres para los demás, capaces de vivir en amistad y en solidaridad con las aspiraciones y sufrimientos de todos los hombres: todos hermanos y responsables los unos de los otros.
- Hombres y mujeres abiertos siempre a todo lo creado, en un empeño eficaz por la salvaguarda de la naturaleza, considerada como bien universal, sin la que no es posible la vida.
Valores, actitudes, comportamientos que potenciamos y vivimos
El sentido de nuestros colegios es ofrecer una alternativa de una sociedad más justa, más igual, deseosa de vivir en paz y solidariamente.
Queremos que la educación en nuestros Centros se conforme a los rasgos de PAZ Y BIEN, MISERICORDIA Y FRATERNIDAD, como una exigencia de la dignidad y de la igualdad, entre los hombres (todos hijos de Dios), con un profundo respeto a la dignidad de la persona.
Rasgos que nos llevan a la opción por unos VALORES, unas ACTITUDES y una PROYECCIÓN EDUCATIVA particulares.
Rasgos y valores
PAZ Y BIEN:
- Justicia.
- Libertad
- Defensa de la vida.
- Solidaridad.
MISERICORDIA:
- Gratuidad.
- Alegría.
- Sencillez.
FRATERNIDAD:
- Acogida.
- Amistad.
- Agradecimiento.
Actitudes
- Valorar el ser sobre el tener.
- Interesarse por los demás y comprometerse por una ayuda gratuita y desinteresada.
- Valorar el espíritu de trabajo, constancia y honradez.
- Tener una visión de los valores humanos desde el espíritu cristiano franciscano.
- Conocer y analizar experiencial y críticamente la realidad.
- Aceptar y acoger las distintas realidades y culturas dejándose afectar por ellas.
- Comprometerse solidariamente para transformar las situaciones de injusticia.
- Optar por la gratuidad, el compartir, la fraternidad y el servicio.
- Cultivar la participación, la colaboración y la libertad responsable que permita tomar las propias decisiones, personal y coherentemente.
Todo esto supone priorizar:
- La tarea pastoral.
- El trabajo de tutoría.
- El acompañamiento a los padres de familia.
- La formación permanente de los profesores.
- La implicación en la tarea educativa de todo el personal del Centro.
- El trabajo en equipo.
Con nuestra tarea educativa, cimentada en un Dios que nos ama, queremos crear un clima de familiar encuentro y acogida, donde cada uno se sienta impulsado a desarrollar su capacidad personal.
Como educadores en la fe, anunciamos con nuestra vida y nuestra palabra la Buena Nueva, dando sentido evangélico a la acción educativa.
Educamos a nuestros niños y jóvenes en la confianza, sencillez, bondad, alegría y diálogo, de tal manera que sean capaces de vivir en amistad, abiertos siempre a todo lo creado.
Les ayudamos a adquirir una formación moral, intelectual y humana dentro de una libertad responsable, que favorezca el espíritu crítico y creador, para que sean liberadores de su medio.
Nota distintiva, en nuestros colegios de Educación Especial, es la de llevar a cabo la labor educativa del sordo y del ciego, con la plenitud de entrega y dedicación que deseó Madre Francisca.
Nos esmeramos en darles toda la amplitud y profundidad de formación, instrucción y rehabilitación, para que sean personas plenas de sentido y misión, ante Dios, ante sí mismas y ante la sociedad. «
(CC. GG. 30-33)